Salud íntima femenina: mitos y realidades sobre el equilibrio vaginal

La salud íntima femenina sigue siendo un tema rodeado de mitos, desinformación y tabúes. Sin embargo, la ciencia ha avanzado significativamente en la comprensión del ecosistema vaginal, un entorno dinámico y complejo que juega un papel clave en la protección contra infecciones y en el bienestar general de las mujeres. En este artículo abordaremos cómo se mantiene ese equilibrio, el papel esencial de los lactobacilos, la importancia del ácido láctico y los factores que pueden romper esta armonía.

La microbiota vaginal: un escudo biológico

El interior de la vagina no es un ambiente estéril. Al contrario, está colonizado por millones de microorganismos que forman la microbiota vaginal, una comunidad en la que predominan, en condiciones normales, las bacterias del género Lactobacillus. Estos microorganismos cumplen una función defensiva fundamental, ya que actúan como una barrera biológica frente a agentes infecciosos como bacterias patógenas, hongos o virus.

Salud íntima femenina: mitos y realidades sobre el equilibrio vaginal: equilibrio vaginal - HeelEspaña

Lactobacilos: aliados invisibles

Los lactobacilos vaginales son, por decirlo de forma sencilla, los “guardianes” de la salud íntima femenina. Entre sus mecanismos de defensa más importantes se encuentra la producción de ácido láctico, una sustancia con propiedades antimicrobianas que impide el crecimiento de microorganismos patógenos.

Este ácido láctico no aparece por azar. Los lactobacilos lo sintetizan a partir del glucógeno, un tipo de azúcar que se encuentra en el epitelio vaginal. Pero para que este glucógeno esté disponible, se necesita la acción de los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas. Los estrógenos estimulan la acumulación de glucógeno en las células del epitelio vaginal, creando el sustrato necesario para que los lactobacilos puedan metabolizarlo y generar ácido láctico.

De este modo, se forma un círculo cerrado:

  • Los estrógenos favorecen la presencia de glucógeno.
  • El glucógeno alimenta a los lactobacilos.
  • Los lactobacilos producen ácido láctico.
  • El ácido láctico crea un ambiente ácido (pH bajo).
  • Ese ambiente ácido favorece la supervivencia de los lactobacilos y dificulta la proliferación de patógenos.

El ácido láctico: más que un producto de desecho

Aunque muchas veces es percibido simplemente como un producto del metabolismo bacteriano, el ácido láctico cumple funciones esenciales en la protección vaginal. Su acción no es solo pasiva. Al mantener un pH vaginal entre 3,8 y 4,5, el ácido láctico crea un entorno hostil para numerosos patógenos que no pueden sobrevivir en condiciones ácidas. Este pH bajo también favorece la selección natural de bacterias beneficiosas, como los propios lactobacilos, lo cual refuerza la estabilidad del ecosistema vaginal.
Además, estudios recientes han demostrado que el ácido láctico tiene propiedades inmunomoduladoras: es capaz de reducir la inflamación local y estimular respuestas inmunitarias frente a ciertos microorganismos. Así, lejos de ser un simple metabolito, es un activo defensivo de primer orden.

Salud íntima femenina: mitos y realidades sobre el equilibrio vaginal: factores alteran equilibrio vaginal como evitarlos - HeelEspaña

¿Qué ocurre cuando se rompe el equilibrio?

El equilibrio de la microbiota vaginal puede alterarse con relativa facilidad. Existen diversos factores que pueden modificar el pH vaginal y, por tanto, facilitar la proliferación de microorganismos no deseados y la aparición de infecciones como la vaginosis bacteriana o la candidiasis vaginal.

Factores que alteran el pH vaginal:

  1. Cambios hormonales
    • La menopausia, el embarazo, la lactancia o el uso de anticonceptivos hormonales pueden modificar los niveles de estrógenos, reduciendo la disponibilidad de glucógeno y, en consecuencia, la producción de ácido láctico.
  2. Uso de antibióticos
    • Los tratamientos antibióticos de amplio espectro pueden eliminar, junto a las bacterias patógenas, a los lactobacilos beneficiosos, dejando vía libre a microorganismos oportunistas.
  3. Duchas vaginales y productos agresivos
    • El uso de jabones perfumados, geles íntimos con pH inadecuado o duchas vaginales altera la acidez natural de la vagina y elimina parte de la microbiota protectora.
  4. Relaciones sexuales sin protección
    • El semen tiene un pH más alcalino que el ambiente vaginal, lo cual puede provocar una alteración temporal del pH. Además, el contacto con nuevas microbiotas (por ejemplo, la del pene o los dedos) puede introducir microorganismos externos.
  5. Ropa ajustada o poco transpirable
    • La humedad y el calor excesivo en la zona genital favorecen la proliferación de hongos como la Candida albicans.
  6. Estrés y hábitos de vida
    • El estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico y también alterar indirectamente la composición de la microbiota vaginal.

Mitos comunes sobre la salud íntima

  • “La vagina debe oler a perfume”

Falso. La vagina tiene un olor característico, que puede variar a lo largo del ciclo menstrual, pero no debe tener olor a fragancia. El uso de productos perfumados puede ser más perjudicial que beneficioso.

  • “Las duchas vaginales son necesarias para la higiene”

No. La vagina es un órgano autolimpiante. Las duchas vaginales alteran el equilibrio natural del ecosistema vaginal y se asocian a un mayor riesgo de infecciones.

  • “Si hay flujo es que hay infección”

No necesariamente. El flujo vaginal es normal y cambia durante el ciclo menstrual. Solo debe preocupar si hay cambio en el color, olor, cantidad o si se acompaña de picor o irritación.

¿Cómo cuidar el equilibrio vaginal?

  • Evitar productos agresivos y optar por limpiadores con pH adaptado (ácido).
  • Usar ropa interior de algodón y evitar prendas excesivamente ajustadas.
  • Mantener una vida sexual saludable y, en lo posible, protegida.
  • Consultar con el médico ante síntomas persistentes como picor, ardor, cambios en el flujo o mal olor.
  • En algunas circunstancias (por ejemplo, tras un tratamiento antibiótico), el uso de probióticos vaginales puede ayudar a restaurar la microbiota.

Suscribirse al blog