Hablar de la menopausia sigue siendo, para muchas personas, un tabú. Sin embargo, se trata de una etapa completamente natural en la vida de las mujeres, como lo son la infancia, la pubertad o el envejecimiento. Comprenderla es fundamental no solo para afrontarla con mayor tranquilidad, sino también para identificar cuándo es necesario buscar ayuda profesional. En este artículo te explicamos de qué ocurre durante la perimenopausia y cómo podemos manejar sus efectos con eficacia.

¿Qué es la menopausia y qué es la perimenopausia?
La menopausia se define como el cese permanente de la menstruación debido al agotamiento de la función ovárica. Desde el punto de vista clínico, se considera que una mujer ha llegado a la menopausia cuando han pasado 12 meses consecutivos sin menstruación, sin ninguna otra causa médica que lo explique.
La perimenopausia, por su parte, es el período de transición hacia la menopausia. Puede comenzar varios años antes del último periodo menstrual —habitualmente entre los 40 y los 50 años— y se caracteriza por fluctuaciones hormonales que pueden provocar cambios tanto físicos como emocionales. Esta fase puede durar entre 4 y 10 años, dependiendo de cada mujer.
No es una enfermedad, es una etapa de la vida
Es importante subrayar que la perimenopausia y la menopausia no son enfermedades. Se trata de un proceso fisiológico natural, consecuencia del descenso progresivo de las hormonas sexuales femeninas, especialmente los estrógenos y la progesterona. Es, simplemente, una nueva etapa vital que, como cualquier otra, tiene sus propias características.
Ahora bien, al igual que en la adolescencia se experimentan cambios corporales, emocionales y de comportamiento, la perimenopausia también puede venir acompañada de ciertas molestias. Algunas mujeres las notan de forma clara, otras apenas perciben cambios. No todas las mujeres tienen síntomas y, en muchos casos, estos son leves o transitorios.

¿Cuántas mujeres tienen síntomas asociados a la perimenopausia o la menopausia?
Según los estudios epidemiológicos:
- Aproximadamente un 75-80% de las mujeres experimentan algún tipo de síntoma durante la perimenopausia.
- Un 20-25% refiere síntomas intensos que interfieren con su calidad de vida.
- En cambio, entre un 20 y un 30% de las mujeres no presentan molestias relevantes, o lo hacen de forma muy leve y esporádica.
- La experiencia, por tanto, es altamente individual. No hay una única forma de vivir esta etapa.
Principales manifestaciones
Entre los síntomas más frecuentes destacan:
- Sofocos o bochornos: son episodios repentinos de calor intenso, a menudo acompañados de enrojecimiento de la piel, palpitaciones y, en ocasiones, ansiedad. Pueden durar desde segundos hasta varios minutos.
- Sudoraciones nocturnas: muchas veces relacionadas con los sofocos, interrumpen el sueño y provocan fatiga durante el día. Estas sudoraciones son una de las causas más comunes de insomnio durante la perimenopausia.
- Cambios de humor: irritabilidad, ansiedad, tristeza e incluso labilidad emocional son frecuentes. Estos cambios se deben tanto a los altibajos hormonales como a factores externos (estrés laboral, cuidados familiares, etc.) que suelen coincidir en esta etapa de la vida.
Otros síntomas comunes incluyen: alteraciones del ciclo menstrual, insomnio, sequedad vaginal, disminución del deseo sexual, dificultad para concentrarse y pérdida de masa ósea y muscular.
Consejos para superar la perimenopausia con equilibrio
Aunque no podemos evitar esta etapa, sí podemos mejorar nuestra calidad de vida si adoptamos algunos hábitos saludables:
- Alimentación equilibrada, rica en vegetales, calcio y ácidos grasos omega-3.
- Ejercicio físico regular, que ayuda a mejorar el estado de ánimo, el sueño y la salud ósea.
- Evitar el alcohol, el tabaco y el exceso de cafeína, que pueden intensificar los sofocos.
- Mantener rutinas de sueño e higiene del descanso.
- Buscar apoyo emocional o psicológico, si se experimentan cambios anímicos intensos.
- Y, sobre todo, hablar abiertamente de lo que se está sintiendo, con la pareja, los amigos o el médico.

Plantas medicinales: ¿qué dice la evidencia científica?
Entre los productos naturales más utilizados durante la perimenopausia se encuentran la cimicífuga, la salvia y la maca negra. Veamos qué sabemos de cada una:
- Cimicífuga racemosa: se ha usado tradicionalmente para aliviar los sofocos y los sudores nocturnos. Existen estudios clínicos que han demostrado su eficacia, especialmente en extractos estandarizados, aunque los mecanismos no están completamente definidos. No actúa como fitoestrógeno, lo cual es una ventaja en mujeres con antecedentes de cáncer hormonodependiente. Está recomendada por algunas guías clínicas europeas para casos leves a moderados.
- Salvia officinalis: especialmente útil para reducir la sudoración excesiva. Sus compuestos tienen propiedades antiespasmódicas y estrogénicas suaves. Estudios clínicos han mostrado una reducción significativa en la frecuencia e intensidad de los sofocos tras varias semanas de uso.
- Maca negra (Lepidium meyenii): originaria de los Andes, es rica en alcaloides y esteroles. Se le atribuyen efectos sobre el deseo sexual, el estado de ánimo y el nivel de energía. Aunque los estudios en humanos son limitados y heterogéneos, algunos sugieren beneficios sobre los síntomas psicológicos y la libido durante la perimenopausia.
En todos los casos, es esencial consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento natural, ya que no todas las plantas son adecuadas para todas las mujeres, y pueden tener interacciones con otros medicamentos.
La perimenopausia no tiene por qué vivirse como una pérdida, sino como una transición hacia una nueva etapa de plenitud. Con información, acompañamiento y algunos cambios de hábitos, es posible vivir este momento con salud y bienestar.
Bibliografía
• Sánchez-Mateo, C. C., & García-Bienes, H. M. (2022). Cimicifuga racemosa (L.) Nutt. en el tratamiento de los síntomas vasomotores de la menopausia: revisión. Ars Pharmaceutica, 63(2), 178–188.
• Arriaza Peso, E., Arévalo Páez, M. del C., Grandas Alonso, M. Á., & Olleros Izard, T. (2008). Eficacia de Cimicifuga racemosa para el tratamiento de la clínica vasomotora y psíquica en pacientes menopáusicas. Progresos de Obstetricia y Ginecología, 51(1), 20–27.
•https://aeem.esrevistaseug.ugr.eswww.elsevier.com+1www.elsevier.com+1sefit.es+1sefit.es+1sefit.esInstituto de la Menopausia











