¿Sabías que en verano nuestro corazón también necesita cuidados especiales? Aunque las vacaciones invitan a relajarse, es importante no descuidar los hábitos que favorecen nuestra salud cardiovascular. Uno de los mejores aliados para lograrlo es el omega 3, un tipo de grasa saludable que ayuda a proteger el corazón de manera natural.
¿Qué es el omega 3 y por qué es tan importante para tu corazón?
El omega 3 es un tipo de ácido graso poliinsaturado esencial, es decir, que nuestro cuerpo no puede producirlo por sí solo, por lo que debemos obtenerlo a través de la dieta. Se encuentra principalmente en pescados azules (como el salmón, la caballa o las sardinas), en algunas semillas (como la chía y el lino) y en frutos secos (como las nueces).
Los estudios científicos han demostrado que el omega 3 tiene múltiples beneficios para el sistema cardiovascular: ayuda a reducir los niveles de triglicéridos, modula la presión arterial, previene la formación de coágulos y tiene un potente efecto antiinflamatorio.
¿Por qué cuidar la salud cardiovascular en verano?
Durante el verano, el calor puede hacer que el sistema cardiovascular trabaje más de lo habitual, especialmente si realizamos ejercicio al aire libre, caminamos más o incluso si nos exponemos a temperaturas elevadas. A esto se suman otros factores como los cambios en la alimentación (comidas fuera de casa, menor rutina), el consumo de alcohol o los desajustes en el sueño.
Para muchas personas, el verano es sinónimo de actividad física, más paseos, más sol y también más deshidratación. Y todo esto repercute en cómo se comporta nuestro corazón. De ahí la importancia de reforzar con nutrientes clave como el omega 3.
Cómo incorporar el omega 3 a tu alimentación diaria
Incluir omega 3 en tu dieta no es complicado. Aquí te dejo ejemplos reales y sencillos:
- Un filete de salmón al horno con hierbas y limón para cenar.
- Ensalada de espinacas con nueces y semillas de chía.
- Yogur natural con una cucharadita de semillas de lino molidas.
- Pan integral con aguacate y sardinas en aceite de oliva.
¿Lo mejor? Son opciones frescas, fáciles de preparar en verano y muy beneficiosas para tu salud.
Omega 3, colesterol y salud arterial
Una de las razones por las que el omega 3 se ha ganado el corazón de médicos y nutricionistas es por su impacto directo en el perfil lipídico: disminuye los triglicéridos, puede aumentar ligeramente el colesterol HDL (el “bueno”) y ayuda a evitar que el colesterol LDL se oxide, lo que protege nuestras arterias.
Esto es especialmente relevante en mujeres a partir de los 40, cuando los niveles hormonales empiezan a cambiar y se incrementa el riesgo cardiovascular. Incluir omega 3 de forma habitual puede ayudar a mantener el equilibrio y prevenir problemas futuros.
Otros beneficios del omega 3: más allá del corazón
El omega 3 también influye en nuestro estado de ánimo, en la salud ocular, en la función cognitiva e incluso en la piel, que en verano se expone más al sol y a la deshidratación. Por eso, cuando hablamos de omega 3, no solo pensamos en el corazón, sino en el bienestar global.
Si alguna vez has notado que en verano tienes la piel más seca, el omega 3 también puede ayudarte desde dentro.
Complementar con suplementación: ¿sí o no?
En personas con una dieta pobre en pescado o con necesidades específicas (deportistas, mujeres en etapa menopáusica, mayores de 50…), puede estar indicado tomar suplementos de omega 3 de alta calidad. Pero ojo: no todos son iguales. Lo ideal es optar por fuentes purificadas, con alta concentración en EPA y DHA, y consultar con un profesional de salud antes de empezar.
Personalmente, empecé a tomar omega 3 hace años cuando notaba que, tras los entrenamientos de verano, me sentía más cansado y retenía líquidos. Mi médico me sugirió introducir más pescado azul y tomar un suplemento. Lo noté en la energía y en cómo se desinflamaban mis tobillos. Desde entonces, lo tengo siempre en mi rutina estival.
3 claves para llevarte a casa
- El omega 3 protege tu corazón de forma natural, y es especialmente importante durante los meses de verano, cuando el sistema cardiovascular se ve más exigido.
- Puedes obtenerlo a través de alimentos como pescado azul, semillas o frutos secos, y si es necesario, recurrir a suplementación de calidad.
- Cuidar tu corazón es más fácil cuando integras hábitos saludables y alimentos funcionales en tu día a día, sin complicaciones ni sacrificios extremos.
