La alimentación consciente va mucho más allá de contar calorías o seguir dietas restrictivas. Es una filosofía que invita a conectar con nuestros alimentos, prestar atención a las señales de nuestro cuerpo y disfrutar de cada bocado con plena conciencia. En un mundo donde el estrés y la prisa suelen marcar el ritmo de nuestras comidas, adoptar este enfoque puede transformar no solo nuestra relación con la comida, sino también nuestro bienestar físico y emocional.
En la categoría de Alimentación Consciente de Tu Equilibrio y Bienestar, te ofrecemos un espacio repleto de información útil y basada en evidencia científica. Aquí encontrarás desde consejos prácticos para integrar la atención plena en tu día a día hasta artículos detallados sobre cómo una alimentación consciente puede ayudarte a gestionar la ansiedad, mejorar la digestión y fomentar una relación saludable con los alimentos.
Si eres una persona que quiere cuidar su salud desde un enfoque integral y respetuoso, en esta sección hallarás contenido riguroso, accesible y, sobre todo, inspirador.
Te invitamos a sumergirte en nuestros artículos, a descubrir cómo pequeños cambios pueden tener un gran impacto en tu vida y a comenzar un viaje hacia una alimentación más consciente y saludable. ¡Tu bienestar comienza aquí!
El verano es una época maravillosa para disfrutar, pero también puede ser un momento de riesgo si bajamos la guardia frente a las infecciones digestivas. Prevenir la diarrea está en gran parte en nuestras manos: mantener la higiene, cuidar los alimentos y reforzar la microbiota intestinal puede marcar la diferencia.
Viajar implica cambios bruscos que impactan directamente en el equilibrio de la microbiota intestinal. El resultado puede ser desde hinchazón, estreñimiento, digestiones pesadas… hasta la temida diarrea del viajero, que afecta a hasta el 50% de las personas que viajan a zonas tropicales o en desarrollo.
El omega 3 es un tipo de ácido graso poliinsaturado esencial, es decir, que nuestro cuerpo no puede producirlo por sí solo, por lo que debemos obtenerlo a través de la dieta. Se encuentra principalmente en pescados azules (como el salmón, la caballa o las sardinas), en algunas semillas (como la chía y el lino) y en frutos secos (como las nueces).
Imagina que tus venas son una manguera con válvulas que ayudan a empujar la sangre hacia arriba, contra la gravedad. Si estas válvulas se debilitan o si pasas mucho tiempo sin moverte, la sangre tiende a quedarse acumulada en las piernas. Resultado: hinchazón, pesadez, sensación de quemazón o incluso varices.
El triptófano es un aminoácido esencial, lo que significa que el cuerpo no puede fabricarlo por sí solo: necesita obtenerlo de los alimentos. Su importancia radica en que es el precursor de la serotonina, el neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el estrés, el apetito y también el sueño.
Con la edad, también perdemos diversidad microbiana, y eso influye en nuestra capacidad digestiva e inmunitaria. Pero, ojo, esto no significa que no se pueda hacer nada: de hecho, cuanto antes empecemos a cuidarla, mejor. El cuidado constante de la microbiota puede marcar una diferencia en la calidad de vida a largo plazo, reduciendo el riesgo de patologías crónicas.
