¿Alguna vez has notado que cuando llega el otoño te sientes más cansado, con menos ganas de hacer cosas e incluso con más sueño de lo habitual? Eso es lo que se conoce como fatiga o astenia otoñal.
No es una enfermedad, sino una respuesta natural del cuerpo al cambio de estación. Factores como la reducción de horas de luz solar, el cambio de horario y la bajada de temperaturas influyen en nuestro estado de ánimo y energía.
En otoño, nuestro organismo produce menos serotonina (hormona relacionada con el bienestar) y más melatonina (hormona del sueño). Por eso es normal sentir más cansancio, apatía e incluso dificultad para concentrarse.
La buena noticia es que hay un aliado muy sencillo y al alcance de todos: la alimentación.
La alimentación como aliada contra el cansancio estacional
Lo que comemos influye directamente en cómo nos sentimos. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede marcar la diferencia entre arrastrar la jornada o vivirla con energía.
Los alimentos para combatir la fatiga otoñal aportan vitaminas, minerales y compuestos naturales que ayudan a:
- Mantener estables los niveles de energía.
- Reducir la somnolencia y mejorar la concentración.
- Reforzar el sistema inmune, clave en esta época en la que aparecen los resfriados.

Frutas de temporada ricas en vitaminas
El otoño nos regala frutas, cuyo aporte nutricional es muy importante:
- Uvas: ricas en antioxidantes, ideales para combatir el cansancio celular.
- Granadas: con alto contenido en polifenoles, ayudan a mantener la vitalidad.
- Manzanas y peras: aportan fibra, vitamina C y son perfectas como snack saludable.
- Caqui: fuente de betacarotenos, que contribuyen a la salud de la piel y el sistema inmune.
Un consejo práctico: lleva siempre una manzana o unas uvas en el bolso. Son el “tentempié exprés” perfecto para media mañana.
Verduras y hortalizas energizantes
En tu mesa otoñal no pueden faltar las verduras de hoja verde y las hortalizas de temporada:
- Espinacas y acelgas: cargadas de hierro y magnesio, ayudan a prevenir la sensación de debilidad.
- Calabaza y zanahoria: aportan vitamina A y antioxidantes.
- Brócoli: rico en vitamina C y ácido fólico, clave para la vitalidad.
Un plato de crema de calabaza con semillas de calabaza por encima es reconfortante y energizante, ideal para una cena ligera.
Cereales integrales y legumbres: energía de larga duración
Si notas bajones de energía a lo largo del día, puede que tu alimentación no te esté aportando la energía sostenida que necesitas. Aquí entran los cereales integrales y las legumbres:
- Avena y arroz integral: liberan glucosa poco a poco, evitando picos de cansancio.
- Lentejas y garbanzos: combinan proteínas vegetales y minerales como hierro y zinc.
Por ejemplo: un guiso de lentejas con verduras no solo es reconfortante en otoño, también es una auténtica inyección de energía duradera.
Frutos secos y semillas: pequeños pero potentes
No subestimes el poder de un puñado de frutos secos.
- Nueces y almendras: ricas en ácidos grasos omega-3, ayudan a mantener la concentración.
- Avellanas: fuente de magnesio, ideal para reducir la fatiga muscular.
- Semillas de chía o calabaza: perfectas para añadir a yogures o ensaladas.
Sustituir la típica galleta de media tarde por un puñado de almendras puede ser un cambio sencillo pero muy efectivo.

Proteínas de calidad para mantener la fuerza
Las proteínas son las encargadas de reparar tejidos y mantener la masa muscular, algo fundamental para no sentir debilidad.
- Pescados azules (salmón, sardina, caballa): ricos en omega-3 y vitamina D.
- Huevos: completos, fáciles de preparar y muy saciantes.
- Carnes magras (pollo, pavo): aportan hierro y vitaminas del grupo B.
Un revuelto de espinacas con huevo es un plato rápido, sabroso y perfecto para combatir el cansancio.
Infusiones y bebidas que revitalizan
Además de hidratarte, algunas infusiones pueden darte un empujón extra de energía sin abusar de la cafeína:
- Té verde: antioxidante y estimulante suave.
- Rooibos: sin cafeína, ayuda a relajarse y descansar mejor.
- Infusión de ginseng o jengibre: estimulan la circulación y aportan vitalidad.
Empieza la mañana con un té verde en lugar del segundo café: notarás energía más estable y menos nerviosismo.
Consejos prácticos para tu día a día
- Planifica menús sencillos: combina siempre proteínas, verduras y cereales integrales.
- Hidrátate: a veces confundimos cansancio con deshidratación.
- No abuses del azúcar: da energía rápida, pero provoca bajones fuertes.
- Rutina de sueño regular: el descanso es el complemento indispensable de la alimentación.
La fatiga otoñal es una respuesta natural del cuerpo, pero no tenemos por qué resignarnos a pasar el otoño arrastrando cansancio. Con los alimentos adecuados, es posible recuperar la energía, mejorar el ánimo y vivir la estación con vitalidad.
Al final, se trata de pequeños gestos: una fruta de temporada en la mochila, un guiso de legumbres en el menú semanal o un té verde para arrancar la mañana. Son decisiones sencillas que, sumadas, marcan la diferencia en cómo nos sentimos.
Referencias bibliográficas
- Martínez-González, M. A., Gea, A., & Ruiz-Canela, M. (2019). The Mediterranean diet and cardiovascular health: A critical review. Circulation research, 124(5), 779-798.
- Álvarez-Álvarez, I., Martínez-González, M. Á., Sánchez-Tainta, A., Corella, D., Díaz-López, A., Fitó, M., … & Toledo, E. (2019). Dieta mediterránea hipocalórica y factores de riesgo cardiovascular: análisis transversal de PREDIMED-Plus. Revista española de cardiología, 72(11), 925-934.
- World Health Organization (2020). Healthy diet. WHO.https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet
- Harvard T.H. Chan School of Public Health (2021). The Nutrition Source. Harvard University. https://nutritionsource.hsph.harvard.edu/
- Serra Majem, L., & Ortiz Andrellucchi, A. (2018). La dieta mediterránea como ejemplo de una alimentación y nutrición sostenibles: enfoque multidisciplinar. Nutrición hospitalaria, 35(SPE4), 96-101.









