Cómo evitar la cistitis después de las relaciones sexuales

La cistitis postcoital es un problema común que afecta a mujeres en edad fértil con vida sexual activa. Aunque no se trata de una enfermedad de transmisión sexual, existe una clara relación entre la actividad sexual y la aparición de síntomas del tracto urinario inferior. La prevención adecuada es esencial, ya que este cuadro, si bien no reviste gravedad, puede deteriorar significativamente la calidad de vida de la paciente.

¿Qué es exactamente la cistitis?

La cistitis es una inflamación de la vejiga urinaria, generalmente de origen infeccioso. Aunque de forma coloquial se habla de “infección de orina”, es más preciso referirse a ella como una infección del tracto urinario inferior (ITU). Las bacterias colonizan la vejiga, provocando síntomas como disuria (molestias al orinar), polaquiuria (necesidad de orinar muchas veces), urgencia miccional e incluso hematuria (aparición de sangre en la orina). El microorganismo más comúnmente implicado es Escherichia coli, una bacteria comensal del intestino que, bajo ciertas condiciones, puede convertirse en patógena.

Cómo evitar la cistitis después de las relaciones sexuales: producen las ITUs - HeelEspaña

Anatomía femenina y vulnerabilidad

La anatomía del tracto urinario femenino juega un papel fundamental. La uretra femenina mide aproximadamente 4 cm, una longitud considerablemente más corta que la uretra masculina, lo que facilita la ascensión de bacterias desde el periné hasta la vejiga. Además, la proximidad del meato uretral al ano y la vagina expone a esta región a un ambiente con alta carga microbiana.

¿Qué sucede durante las relaciones sexuales?

El coito puede actuar como un desencadenante mecánico que favorece la migración de bacterias hacia la uretra. Durante la fricción sexual se produce una alteración local de la mucosa vaginal y del introito uretral, lo que puede comprometer la integridad de la microbiota protectora. Además, el pH vaginal puede modificarse, especialmente si se utilizan espermicidas o preservativos con componentes irritantes, disminuyendo así la capacidad de defensa frente a microorganismos patógenos.

Cistitis postcoital: definición y epidemiología

Hablamos de cistitis postcoital cuando los síntomas de infección urinaria aparecen en las primeras 24 a 48 horas tras una relación sexual. Se estima que entre un 60% y un 80% de las mujeres con ITUs recurrentes experimentan episodios de cistitis postcoital. Este cuadro es particularmente frecuente en mujeres jóvenes, aunque también puede presentarse en edad menopáusica, donde el déficit estrogénico agrava la vulnerabilidad del epitelio urogenital.

Factores de riesgo

Varios factores pueden favorecer la aparición de cistitis postcoital:

  • Alteraciones de la microbiota vaginal: el desequilibrio entre lactobacilos y microorganismos patógenos permite la colonización y ascensión de E. coli.
  • Uso de espermicidas y diafragmas: alteran el pH vaginal y la microbiota normal.
  • Relaciones sexuales frecuentes o con nuevas parejas: aumentan la exposición a bacterias y la fricción uretral.
  • Higiene inadecuada: tanto el exceso como el defecto en el aseo pueden comprometer la microbiota.
  • Menopausia: la pérdida de estrógenos genera atrofia de la mucosa vaginal y mayor riesgo de infecciones.
  • Diabetes mellitus: favorece el crecimiento bacteriano por glucosuria (presencia de glucosa en orina).
  • Lubricación insuficiente: produce microtraumatismos en la mucosa urogenital.
Cómo evitar la cistitis después de las relaciones sexuales: cistitis postcoital - HeelEspaña

Medidas eficaces de prevención

Aunque no existe una estrategia única que funcione para todas las mujeres, hay algunas medidas que han demostrado reducir significativamente el riesgo de cistitis postcoital:

  1. Micción postcoital
    Orinar después del coito permite eliminar bacterias que hayan podido ingresar en la uretra durante la actividad sexual. Es una medida sencilla y eficaz.
  2. Buena hidratación
    Beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día favorece una diuresis frecuente, lo que permite arrastrar bacterias que intenten colonizar la vejiga.
  3. Higiene genital adecuada
    Se recomienda una higiene suave antes y después del sexo, con agua y jabón neutro. Debe evitarse el uso de productos irritantes como duchas vaginales, desodorantes o geles perfumados.
  4. Evitar espermicidas y anticonceptivos mecánicos que alteren la microbiota
    En mujeres con infecciones recurrentes, el uso de métodos anticonceptivos que respeten la microbiota puede ser beneficioso.
  5. Uso de probióticos
    El uso de probióticos del género Lactobacillus, puede ayudar a mantener el equilibrio de la microbiota vaginal y prevenir la colonización por patógenos.
  6. Arándano rojo americano
    El consumo de extracto de arándano rojo americano (con alto contenido en proantocianidinas) puede dificultar la adhesión de E. coli a las paredes de la vejiga. Existen muchos estudios que apoyan su uso preventivo en mujeres con cistitis recurrentes.
  7. Ropa interior de algodón
    Evitar prendas ajustadas y optar por tejidos transpirables como el algodón ayuda a mantener la zona genital seca y libre de irritación.
  8. Terapias hormonales locales
    En mujeres posmenopáusicas, los estrógenos tópicos (como las cremas vaginales con estriol) pueden mejorar la salud urogenital y prevenir ITUs recurrentes.

¿Cuándo consultar con un especialista?

Si a pesar de aplicar todas estas medidas la cistitis postcoital persiste, es recomendable realizar un estudio urológico y ginecológico más detallado. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a profilaxis antibiótica postcoital, siempre bajo indicación médica. También se valorará la existencia de factores anatómicos predisponentes.

Bibliografía

https://cistitisderepeticion.com/relaciones-sexuales-riesgo-cistitis-infeccion-urinaria/

https://www.20minutos.es/noticia/4506936/0/sintomas-de-la-cistitis-postcoital-por-que-me-duele-al-orinar-tras-el-sexo/

https://www.mdsaude.com/es/nefrologia-es/infeccion-urinaria/cistitis-de-la-luna-de-miel/

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