Cómo proteger tus articulaciones durante el verano

El verano es sinónimo de días más largos, vacaciones, playa, piscina y mil planes al aire libre. Es esa época del año en la que nos sentimos más libres, vitales y con ganas de salir a movernos. Sin embargo, también es un momento en el que nuestras articulaciones pueden resentirse si no las cuidamos correctamente. ¿Sabías que, con el calor y el aumento de la actividad física, se incrementa el riesgo de molestias articulares?

Cómo proteger tus articulaciones durante el verano: hacer deporte verano - HeelEspaña

¿Qué son exactamente las articulaciones y para qué sirven?

Aunque las nombramos casi a diario, muchas veces no sabemos exactamente qué son las articulaciones y por qué son tan importantes. Las articulaciones son las estructuras que unen dos o más huesos, permitiendo que podamos realizar movimientos amplios y controlados en nuestro cuerpo, desde los más simples, como abrir y cerrar los dedos, hasta los más complejos, como correr, saltar o bailar.
Están formadas por diferentes estructuras, cada una con su función:

Cartílago articular

Es un tejido flexible y muy resistente que recubre los extremos de los huesos en la articulación. Su función principal es actuar como amortiguador, evitando que los huesos rocen directamente entre sí y asegurando movimientos suaves y sin fricción.

Membrana sinovial

Es la capa interna de la cápsula articular, responsable de producir el líquido sinovial.

Líquido sinovial

Un fluido viscoso que lubrica la articulación, reduciendo el desgaste y favoreciendo el deslizamiento de los huesos.

Ligamentos

Bandas de tejido fibroso que conectan hueso con hueso, aportando estabilidad a la articulación.

Tendones

Unen los músculos a los huesos, transmitiendo la fuerza necesaria para el movimiento.

Músculos circundantes

Aunque no forman parte directa de la articulación, son fundamentales para su protección, ya que absorben parte de los impactos y aportan estabilidad dinámica.

Sin articulaciones sanas no podríamos realizar actividades físicas, particularmente en verano, como pasear por la playa, practicar yoga, bailar, nadar o jugar con nuestros hijos.

Cómo proteger tus articulaciones durante el verano: factores de estres articulacion calor - HeelEspaña

¿Qué factores afectan a nuestras articulaciones durante el verano?

En el verano, existen factores específicos que pueden dañar o sobrecargar estas estructuras si no actuamos con prevención.

Incremento de la actividad física

Durante los meses de frío, muchas personas reducen su actividad física o la realizan en interiores. Con la llegada del buen tiempo, retomamos las caminatas largas, deportes al aire libre y excursiones sin un período previo de adaptación. Este aumento brusco de intensidad y frecuencia es uno de los principales causantes de molestias articulares y lesiones.

Calor y deshidratación

El calor favorece la pérdida de líquidos y, si no nos hidratamos correctamente, afecta también al líquido sinovial, reduciendo la lubricación articular. Esto puede generar fricciones y microlesiones en el cartílago articular.

Calzado inadecuado

En verano, las chanclas, sandalias planas o ir descalzos con frecuencia pueden parecer la opción más cómoda, pero a nivel articular suponen menor amortiguación y sujeción. Esto se traduce en sobrecargas en tobillos, rodillas y caderas, aumentando el riesgo de dolor o lesiones.

Deportes de impacto

El running, los deportes de raqueta o el crossfit pueden suponer un estrés articular si no se realizan con la técnica adecuada, con un calentamiento previo y cuidando la recuperación tras la actividad.

Cambios bruscos de temperatura

Pasar del agua fría del mar o la piscina al calor intenso de fuera puede generar pequeños procesos inflamatorios que, en personas con predisposición a molestias articulares, pueden manifestarse como dolor, rigidez o sensación de hinchazón.

Consejos para la protección de articulaciones en verano

Te propongo este listado de consejos prácticos para cuidar tus articulaciones durante estos meses, disfrutando al máximo de cada actividad sin preocupaciones.

  • Hidrátate correctamente

Bebe al menos 1,5-2 litros de agua al día. No esperes a tener sed, ya que este es el primer signo de deshidratación. La hidratación es clave no solo para tu energía y piel, sino también para mantener la adecuada lubricación articular, protegiendo el cartílago de fricciones y desgastes.

  • Calienta y estira siempre

Aunque vayas a realizar una caminata tranquila por la playa o a jugar un partido de voley con amigos, dedica 5-10 minutos al calentamiento de músculos y articulaciones. Moviliza tobillos, rodillas, caderas, hombros y muñecas para preparar tu cuerpo, y realiza estiramientos suaves al finalizar para favorecer la recuperación.

  • Usa calzado adecuado

Prioriza el calzado con buena sujeción y amortiguación si vas a caminar largas distancias o practicar deporte. Si usas sandalias planas o chanclas, limítalas a trayectos cortos, evitando su uso prolongado.

Cómo proteger tus articulaciones durante el verano: calzado adecuado - HeelEspaña
  • Controla la intensidad

Si llevas tiempo sin realizar ejercicio físico, comienza con baja intensidad y volumen, aumentando progresivamente. Tu cuerpo y tus articulaciones necesitan adaptarse para evitar sobrecargas o lesiones.

  • Mantén un peso saludable

El sobrepeso ejerce una presión extra en articulaciones como rodillas y caderas, aumentando su desgaste. Si buscas un objetivo para este verano, además de cuidar tu alimentación y actividad física, piensa en el beneficio que aportarás a tus articulaciones al reducir esos kilos de más.

  • Fortalece tu musculatura

Realiza ejercicios de fuerza para fortalecer músculos como glúteos, cuádriceps y core, que protegen y amortiguan el impacto articular en cada movimiento. El yoga, pilates o entrenamiento funcional pueden ser excelentes opciones.

  • Escucha a tu cuerpo

Si aparecen molestias articulares durante o después del ejercicio, baja la intensidad, descansa y aplica frío local si hay inflamación. No ignores el dolor; es la manera que tiene tu cuerpo de avisarte que algo no va bien.

La importancia de la condroprotección: ¿qué es y cómo ayuda?

La condroprotección hace referencia a todas las estrategias, sustancias y hábitos que ayudan a proteger el cartílago y mantenerlo sano.

¿Por qué es importante?

Con los años, el cartílago tiende a desgastarse, perdiendo grosor y calidad. Este proceso puede acelerarse si no se cuidan las articulaciones, apareciendo molestias articulares, crujidos o rigidez. La condroprotección ayuda a:

  • Reducir el desgaste articular.
  • Favorecer la regeneración y mantenimiento del cartílago.
  • Proteger la movilidad y funcionalidad de la articulación.

Ingredientes clave en un complemento alimenticio para proteger tus articulaciones

Si quieres cuidar tus articulaciones desde dentro, busca un complemento que incluya los siguientes ingredientes clave:

  • Colágeno: es la proteína principal del cartílago. Contribuye a mantener su estructura, resistencia y elasticidad.
  • Ácido hialurónico: ayuda a mejorar la lubricación articular gracias a su alta capacidad de retención de agua.
  • Glucosamina y condroitina: contribuyen a la elasticidad, resistencia y protección del cartílago frente al desgaste diario.
  • MSM (metilsulfonilmetano): fuente natural de azufre, apoya la síntesis de colágeno y tiene un ligero efecto antiinflamatorio.
  • Vitamina C: indispensable para la formación normal de colágeno y el funcionamiento adecuado de huesos y cartílagos.
  • Extractos botánicos antiinflamatorios, como harpagofito, boswellia o cúrcuma, conocidos por sus propiedades naturales para aliviar molestias articulares leves y mejorar el bienestar diario.

El verano puede ser el momento perfecto para fortalecer, cuidar y proteger tus articulaciones, en lugar de castigarlas. Mantener un cartílago sano, evitar molestias articulares y practicar actividades físicas en verano con responsabilidad son claves para que sigas moviéndote con libertad y vitalidad durante todo el año.

Este verano, mueve tu vid con libertad…tus articulaciones de lo agradecerán

BIBLIOGRAFIA

https://scielo.isciii.es/pdf/dolor/v28s1/1134-8046-dolor-28-s1-0011.pdf

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