La microbiota vaginal es un ecosistema complejo y dinámico compuesto por microorganismos que desempeñan un papel fundamental en la salud ginecológica. Su equilibrio es esencial para prevenir infecciones y mantener un ambiente vaginal saludable. A continuación, hablaremos de la composición de la microbiota vaginal, su función como barrera defensiva, el papel clave de los lactobacilos, los principales tipos de vaginosis y los factores que pueden alterar este ecosistema.
¿Qué es la microbiota vaginal?
La microbiota vaginal está compuesta por una amplia variedad de microorganismos, predominando los lactobacilos, como Lactobacillus crispatus, Lactobacillus iners, Lactobacillus gasseri y Lactobacillus jensenii. Estos microorganismos forman una barrera protectora que previene el crecimiento de bacterias, hongos y otros microorganismos patógenos. La composición de la microbiota puede variar en función de la edad, el ciclo menstrual, el embarazo y otros factores individuales.
La microbiota vaginal como defensa natural
Los microorganismos beneficiosos de la microbiota vaginal crean un entorno hostil para los patógenos. La presencia de lactobacilos impide la proliferación de bacterias nocivas mediante la producción de ácido láctico, peróxido de hidrógeno y bacteriocinas, sustancias que inhiben el crecimiento de microorganismos patógenos. Cuando la microbiota se encuentra en equilibrio, el riesgo de infecciones vaginales disminuye significativamente.
Los lactobacilos y el ácido láctico: el pH ácido como mecanismo protector
Uno de los factores más importantes para la salud vaginal es el mantenimiento de un pH ácido, generalmente entre 3.8 y 4.5. Este ambiente ácido es generado principalmente por los lactobacilos, que fermentan el glucógeno presente en las células epiteliales vaginales para producir ácido láctico. Un pH adecuado impide la proliferación de microorganismos patógenos y favorece la supervivencia de las bacterias beneficiosas, reforzando la defensa natural del tracto vaginal.
Principales tipos de vaginosis
Cuando el equilibrio de la microbiota vaginal se altera, se favorece el crecimiento de patógenos, como consecuencia de lo cual, pueden desarrollarse diferentes tipos de infecciones vaginales, entre las más comunes se encuentran:
- Vaginosis bacteriana: Causada por el crecimiento excesivo de Gardnerella vaginalis y otras bacterias anaerobias. Se caracteriza por flujo vaginal de color grisáceo, olor a pescado y ausencia de inflamación significativa.
- Tricomoniasis: Provocada por el protozoo Trichomonas vaginalis. Sus síntomas incluyen flujo vaginal espumoso de color amarillo verdoso, mal olor, prurito y ardor al orinar. Se considera una enfermedad de transmisión sexual.
- Candidiasis vaginal: Originada por el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans. Se presenta con flujo espeso y blanco similar al requesón, prurito intenso y enrojecimiento de la mucosa vaginal.
La candidiasis vaginal es la vaginosis más frecuente. Afecta aproximadamente al 75% de las mujeres al menos una vez en su vida, y cerca del 40-50% experimentan episodios recurrentes. Es causada principalmente por Candida albicans, aunque otras especies como Candida glabrata pueden estar involucradas en casos más resistentes al tratamiento.
Los factores de riesgo para la candidiasis vaginal incluyen:
- Uso de antibióticos: Al eliminar la microbiota beneficiosa, se favorece la proliferación de Candida.
- Alteraciones hormonales: Embarazo, terapia hormonal y anticonceptivos pueden predisponer a su aparición.
- Diabetes mellitus: Un mal control glucémico facilita la proliferación de Candida.
- Sistema inmunológico debilitado: Pacientes con VIH, o en tratamiento con corticoides o inmunosupresores son más propensos.
- Ropa ajustada y sintética: Favorece la humedad y el ambiente propicio para el crecimiento de hongos.
- Estrés y alimentación rica en azúcares: Factores que pueden alterar la microbiota vaginal y predisponer a infecciones recurrentes.
- La candidiasis vaginal, aunque no es una infección de transmisión sexual, puede aparecer tras el contacto sexual, especialmente si hay un desequilibrio en la microbiota vaginal.
Factores que influyen en la disbiosis vaginal
La disbiosis vaginal es el desequilibrio de la microbiota y es el principal factor predisponente para la aparición de infecciones vaginales. Entre las causas más comunes de disbiosis se encuentran:
- Uso de antibióticos, que eliminan tanto bacterias patógenas como beneficiosas.
- Lavados vaginales frecuentes o uso de productos de higiene inadecuados que alteran el pH vaginal.
- Cambios hormonales (embarazo, menopausia, anticonceptivos hormonales).
- Estrés y malos hábitos alimenticios que afectan el sistema inmunológico.
- Prácticas sexuales sin protección que pueden introducir microorganismos no habituales en la microbiota vaginal.
Restaurar el equilibrio vaginal con productos específicos
Para mantener una microbiota vaginal saludable y prevenir infecciones, existen productos formulados con componentes que ayudan a restablecer el equilibrio natural de la vagina. Entre los ingredientes beneficiosos destacan:
- Ácido láctico: Mantiene el pH vaginal en niveles óptimos, favoreciendo el crecimiento de lactobacilos y dificultando el desarrollo de microorganismos patógenos.
- Glucógeno: Actúa como un prebiótico, proporcionando el sustrato necesario para que los lactobacilos produzcan ácido láctico y mantengan un entorno vaginal saludable.
- Ácido hialurónico: Contribuye a la hidratación y regeneración de la mucosa vaginal, aliviando la sequedad y el malestar.
El uso regular de estos componentes puede ayudar a prevenir la disbiosis vaginal y mejorar la salud íntima femenina. Mantener una microbiota equilibrada es clave para evitar infecciones y promover el bienestar ginecológico.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-28-articulo-la-microbiota-vaginal-composicion-papel-S0213005X08726806?utm_
https://www.plannedparenthood.org/es/blog/que-es-la-flora-vaginal-y-por-que-es-importante?utm
