El verano es una época maravillosa para disfrutar, pero también puede ser un momento de riesgo si bajamos la guardia frente a las infecciones digestivas. Prevenir la diarrea está en gran parte en nuestras manos: mantener la higiene, cuidar los alimentos y reforzar la microbiota intestinal puede marcar la diferencia.
Saccharomyces boulardii es un tipo de levadura no patógena (es decir, no causa enfermedades) que pertenece al género Saccharomyces, el mismo que incluye a la levadura de cerveza. A pesar de compartir ciertas similitudes, lo que diferencia a S. boulardii es su capacidad para sobrevivir y actuar de manera beneficiosa en el tracto gastrointestinal humano, lo que lo convierte en un “probiótico” muy valorado.
La diarrea es una afección caracterizada por la evacuación frecuente y líquida o semilíquida de las heces. Puede variar en severidad y duración, desde un episodio agudo y autolimitado hasta una patología crónica.
El agua es un elemento vital para la supervivencia del ser humano. El cuerpo humano está compuesto en un 60% por agua, por lo que su consumo diario es fundamental para mantener una buena salud y prevenir enfermedades. Una de las propiedades más importantes del agua es su capacidad hidratante, ya que ayuda a mantener el equilibrio de los fluidos corporales y a regular la temperatura del cuerpo.
En condiciones normales o de reposo, los seres humanos beben de manera adecuada para mantener el equilibrio hídrico, es decir, reponer líquidos para compensar las pérdidas. Una correcta hidratación es un factor fundamental para tener un estado óptimo de salud en todas las situaciones y a todas las edades.
Con la diarrea se produce un aumento en el número o volumen de deposiciones, o bien un aumento en su fluidez en relación con el hábito intestinal previo del individuo. Se considera aguda si la duración es inferior a 3-4 semanas y persistente o crónica cuando dura más.
