El triptófano tiene una relación directa con el estado de ánimo debido a su papel en la producción de serotonina que, como ya hemos comentado, es un neurotransmisor clave asociado con una sensación de bienestar y estabilidad emocional.
A corto plazo el estrés puede dar pie a síntomas físicos y emocionales intensificados en forma de dolores de cabeza frecuentes, trastornos del sueño, cambios en el apetito, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
Manejar el estrés y las emociones de manera efectiva es fundamental para controlar la ansiedad por comer. El estrés puede desencadenar antojos compulsivos y llevar a comer en exceso como una forma de escape emocional.
La falta de concentración puede tener un impacto significativo en nuestras vidas diarias. Cuando no podemos enfocarnos adecuadamente en una tarea, es más probable que cometamos errores y seamos menos eficientes. Además, la falta de concentración puede afectar nuestra capacidad para retener información y aprender nuevas habilidades.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por sentir un miedo y preocupación excesiva, estas personas a veces pierden mucho tiempo pensando en qué pasaría si… y esperando que las cosas salgan efectivamente mal. Pueden presentar tensión muscular, y problemas de estómago, además de síntomas muy frecuentes por ejemplo en el caso de trastorno de pánico: palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de ahogo o dificultad para respirar, náuseas, mareo, escalofríos y parestesias (sensaciones de entumecimiento).
Un exceso de cortisol puede alterar todas esas funciones descritas. El estrés mantenido en el tiempo puede provocar ese aumento de los niveles de cortisol. Dicho de otra manera, si el cortisol contribuye a preparar a nuestro organismo ante una situación de lucha o huida.
