Los ejercicios oculares también contribuyen a aliviar la fatiga visual causada por el uso prolongado de dispositivos electrónicos y la exposición constante a pantallas. Al realizar movimientos suaves como el seguimiento de un objeto con los ojos o enfocar la mirada en diferentes distancias, se relajan los músculos oculares y se reduce la tensión ocular.
Cuando los ojos entran en contacto con estos contaminantes, los vasos sanguíneos en el tejido ocular se dilatan y pueden provocar sequedad ocular ya que pueden interferir con la producción de lágrimas o acelerar su evaporación. Y todo esto también puede provocar irritación.
El impacto del ojo seco en la vida diaria puede ser significativo, afectando a nuestras actividades cotidianas y nuestra calidad de vida. Porque leer, trabajar frente a una pantalla o conducir, tareas cotidianas, pueden convertirse en un auténtico desafío cuando se padece de ojo seco.
Las personas acatarradas, al estornudar o toser, hacen, de manera involuntaria, que los virus que viajan en las pequeñas gotículas expelidas, se queden en el aire o en las manos del afectado por taparse la boca. De ahí, el hecho de que los virus pasen a ojos, nariz y garganta, es mucho más fácil.
La fatiga ocular no solo afecta la calidad de nuestra visión, sino que también puede tener un impacto significativo en nuestra productividad y bienestar general. Al aprender estos ejercicios y entender cómo descansar la vista de manera efectiva, estarás dando pasos concretos hacia una vida digital más saludable y una visión más nítida.
El síndrome de ojo seco, que afecta al 20% de la población, es una enfermedad ocular que consiste en una disminución en la cantidad o calidad de las lágrimas. Suele afectar a los dos ojos y causa irritación. Esto sucede cuando las glándulas lacrimales localizadas en los párpados superior e inferior no producen suficientes lágrimas o no producen lágrimas de la calidad adecuada.
