Lo que comemos influye directamente en cómo nos sentimos. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede marcar la diferencia entre arrastrar la jornada o vivirla con energía.
Los alimentos para combatir la fatiga otoñal aportan vitaminas, minerales y compuestos naturales.
A partir del otoño, en muchas zonas de España y Europa, los rayos UVB ya no inciden con suficiente fuerza sobre nuestra piel como para permitir la producción de vitamina D. Si además pasamos la mayor parte del día en interiores, salimos abrigados o usamos protector solar (que también bloquea los rayos UVB), la producción se reduce prácticamente a cero.
Cuida tu alimentación: Incluye alimentos ricos en probióticos, prebióticos y fibra para mejorar tu microbiota intestinal.
Evita los ultraprocesados y azúcares en exceso: Estos pueden alterar la flora intestinal y provocar digestiones pesadas.
Adopta un estilo de vida saludable: Mantén una buena hidratación, reduce el estrés y realiza ejercicio regularmente para favorecer la salud digestiva.
La frase «somos lo que comemos» no podría ser más cierta. La alimentación no es solo una fuente de energía, sino también la herramienta principal para construir, reparar y mantener nuestro cuerpo en óptimas condiciones.
La primera causa de déficit de vitamina D es una exposición al sol escasa que se puede ver agravada por presentar un fototipo de piel oscura o una piel envejecida que presenta una menor capacidad para sintetizar la vitamina.
La anemia es una enfermedad en la que la cantidad de hemoglobina en sangre es inferior a lo normal, bien porque la sangre tiene menos glóbulos rojos de lo normal o porque los glóbulos rojos no contienen suficiente hemoglobina.
